La directora del Invisbu Silvia Johana Camargo hace entrega simbólica de la primera escritura, al alcalde |
Bucaramanga.- En la nueva
urbanización ‘La Inmaculada,’ hombres, mujeres, niños, y jóvenes vieron cumplidas
sus ilusiones y sueños de tener un techo propio y digno.
De esta forma 2 mil 158
familias de la ciudad, víctimas del desplazamiento forzado y damnificados por
el incendio en Café Madrid, plasmaron los anhelos de pasar la próxima Navidad
estrenando apartamento propio y gratis.
El acto fue presidido por el
vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras; el gobernador de
Santander, Richard Aguilar Villa; el Ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao;
el alcalde de Bucaramanga, Luis Francisco Bohórquez, y la directora del
Invisbu, Silvia Johana Camargo.
Pagar entre $200 y $ 400 mil
pesos mensuales en arriendo por habitaciones de máximo tres personas o casas
construidas en maderas, era el dilema y el desgaste económico de 2 mil 158
familias bumanguesas al no tener un techo digno, seguro y propio.
Ellos perdieron sus viviendas
en el incendio de las bodegas del barrio Café Madrid (ocurrido en 2012), o
habían sido víctimas del desplazamiento forzado por parte de grupos armados
ilegales.
Uno de los rostros del
desplamiento forzado es Heriberto Prada Ardila, un invidente, y además mutilado
de sus dos manos por una mina antipersonal, que en 1996 también sufrió la
pérdida de su padre a manos de los grupos subversivos, y fue desterrado de su
finca en la vereda Peroles, (corregimiento La Fortuna), del municipio de
Barrancabermeja.
Tras aprender el arte de
elaborar manillas, llaveros y correas logró subsistir en la ciudad vendiendo en
los semáforos de la carrera 36 con calle 41 y carrera 18 con calle 36. Mediante
sus ventas y la generosidad de los santandereanos logró pagar algunos de sus
tratamientos médicos y el arriendo de su habitación.
En medio de la felicidad y aún
sin poder creerlo, Heriberto describe con pausa, firmeza y profunda nostalgia,
el desafío que vivió para sentir y presenciar la entrega de las escrituras como
dueño de su apartamento en la urbanización La Inmaculada (ubicada al
noroccidente de la capital santandereana).
“Gracias a Dios, a mi hermana
y al gobierno, luego de caminar realizando diligencias desde las 06:00 de la
mañana hasta las 06:00 de la tarde, aguantando sed, hambre y sin tener para el
transporte, llegábamos agotados hasta donde vivíamos. Soy el hombre más feliz
del mundo porque he tenido la experiencia de vivir en 8 hogares. Es muy difícil
estar sin un techo. La bondad de los Gobiernos Nacional y Local ha sido
maravillosa porque han pensado en nosotros, las víctimas de la guerra”.
Los gestores de la urbanización, entre ellos el Vicepresidente y el Ministro de vivienda |
A su paso, Hortensia Rivera
Vanegas, también damnificada por el incendio del barrio Café Madrid, relata con
alegría y desparpajo: “me siento muy feliz, feliz, porque el Vicepresidente de
la República me va a recibir para entregarme la casita. Al Alcalde le daré un
abrazo muy grande, porque su generosidad y apoyo, antes y después del
siniestro, de perder nuestras casas, hoy nos retorna esa angustia en
felicidad”.
Desde el municipio de Sabana
de Torres, Enrique Argüello Molina llegó como víctima de desplazamiento a la
capital santandereana en 2001. Sin perder la esperanza de tener una vivienda
propia, esperó durante 14 años este hombre lo que describe “como una lucha”.
Sin familia y perdiendo la
movilidad de sus piernas a causa de la guerra, este hombre describe que “lo que
la violencia le arrebató, hoy Dios y el Gobierno me devuelven la esperanza,
porque tengo dónde dormir dignamente. Agradezco al Alcalde porque este gesto
que ha hecho por mí y los demás, es algo que siempre se llevará en la mente y
el corazón”.
El mismo drama del
desplazamiento también se repite en la voz de Rosa Herrera Velandia, una
matrona llegada a la Ciudad Bonita desde San Martín (sur de Cesar), hace 10
años, para construir una nueva oportunidad para ella y sus hijos.
En su corto relato dijo que
“esta vivienda es el mejor regalo de cumpleaños que me ha podido dar el
Gobierno de Santos y Luis Francisco Bohórquez. Infinitas gracias a ellos y a su
cúpula de trabajo. Ahora mi hija y mis dos nietos ya no tendremos que seguir
pagando arriendo, y dejaremos de vivir en el asentamiento humano 12 de
febrero”.
Fuente: Yelena Fuentes/ Prensa
y Comunicaciones / Alcaldía de Bucaramanga. Fotos: Adolfo Enrique Herrera
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