La prueba de fuego fue ayer en
la tarde, con la presentación del evento que en el pasado despertó los
comentarios más negativos en la historia
de las ferias.
Nuevamente la clave fue
prohibir toda clase de desafueros como la venta de licor en escenarios públicos
e imponer el orden, para que miles de personas pudieran observar el espectáculo
que se desplegó sobre la Carrera 27; una de las avenidas principales de la
ciudad.
Al igual que en los demás
escenarios públicos, centenares de policías adoptaron dispositivos de seguridad
verdaderamente efectivos, que marcaron la pauta del evento. Ampliación